El joven que protagonizó uno de los robos más importantes del año en nuestra provincia, fue condenado a tres años de prisión condicional y recuperó la libertad después de haber abonado los más de $ 26 millones que le quitó a la víctima. En la sentencia del juicio abreviado también figura que debe someterse a un tratamiento por su adicción a las drogas.
Esta historia comenzó a escribirse el lunes 29 de agosto de este año. El empresario jujeño Rodrigo Raúl Scaro llegó a nuestra provincia, según declaró, a cerrar la compra de dos autos Audi. Cuando pisó suelo tucumano, el vendedor le pidió que se trasladara hasta una vivienda de Yerba Buena. El comprador lo hizo y, cuando se preparaba para cerrar la operación, dos hombres lo redujeron y le quitaron esa importante suma de dinero.
La víctima denunció el caso e informó a los policías dónde se había registrado el asalto. Una comisión al mando de los comisarios Walter Colombres, Carlos Ruiz y Joaquín Girbeaux, se presentó en el lugar y, por orden del fiscal Diego López Ávila, aprehendieron a José Luis Araujo. El sospechoso, en la audiencia donde lo acusaron del robo y le dictaron la prisión preventiva por 30 días, dijo que él sólo había alquilado para que se realizara una operación de compra de drogas y señaló a Luciano “El Mechudo” Villagra Vélez como el autor del hecho.
Al día siguiente, con orden judicial, los pesquisas se presentaron en el domicilio del otro sospechoso. Ingresaron a la fuerza y se encontraron con el acusado con dos armas en la mano intentando evitar su detención. La temeraria actitud de un efectivo del Grupo Cero evitó logró reducirlo antes de que disparara.
Las teorías
Según la acusación de López Ávila, “El Mechudo” y Araujo concretaron una cita con Scaro para realizar algún tipo de operación financiera. Desde un primer momento quedó descartada la compra de drogas, y comenzó a sospecharse que se trató de un negocio de compra y venta de moneda extranjera. ya que le sustrajeron 42.500 euros y U$S 38.500.
Pero no pudo avanzar mucho porque la víctima insistió en que se trató de una operación de compra de vehículos de alta gamas y además pudo demostrar el origen de los fondos, por lo que no hubo manera de profundizar la pesquisa.
Con el correr de los días, “El Mechudo” fue acusado de los delitos de robo agravado, resistencia a la autoridad y tenencia de armas de fuego. Dos días después de haber sido procesado por el caso, su defensor Patricio Char anunció que era su interés resolver el conflicto a través de un juicio abreviado.
El fiscal López Ávila se tomó su tiempo para responder el planteo. Cuando tenía pruebas y fundamentalmente, al cumplir con lo que se había comprometido, avanzó en el acuerdo entre las dos partes. Vale la pena aclarar que el empresario jujeño es uno de lo que más insistió a que el conflicto se solucionara de esta manera.
Fundamentos
“La razón por la cual esta unidad fiscal decide beneficiar al imputado con el mínimo de la pena, reside principalmente en que resulta primario en el delito, carece de procesos en trámite, antecedentes o condenas impuestas en su contra”, sostuvo López Ávila al argumentar por qué proponía que recibiera una sentencia de tres años condicional.
“La propia defensa transmitió su profunda preocupación por su familia respecto de un preocupante estado de adicción a las drogas, circunstancia que habría traído aparejada la situación delictual acontecida que lo tuvo como principal actor y su real deseo desintoxicarse y someterse a un verdadero tratamiento para derribar la adicción”, agregó al presentar el acuerdo.
“Se valora en forma positiva no sólo la intención del encartado de reconocer los hechos cometidos, sino asimismo, la de reparar en forma completa e integral a la víctima del monto oportunamente sustraído”, añadió en los fundamentos que oralizó en una audiencia.
En total, según confirmaron las partes, “Mechudo” devolvió 42.500 euros ($ 14 millones), U$S 38.500 ($ 13 millones) y $ 2 millones que le había sustraído a la víctima. “Resulta clave que la víctima logró recuperar el total de sus bienes con la colaboración del imputado y su deseo expresado de finalizar el conflicto penal a través de una forma alternativa y teniendo principalmente presenta la profunda enfermedad de adicción a las drogas que este padeces y a cuyo régimen de saneamiento se ha ofrecido igualmente como forma completa de reinserción social que en definitiva es el fin de la norma”.
Char sostuvo que este recurso debe ser un estandarte en nuestra provincia. “Una condena condicional, más un tratamiento contra las adicciones, ya eran suficientes para mi defendido, siempre y cuando devuelva el dinero. Con respecto a la víctima, sabiamos que un proceso no le devolvería el dinero, y cuando se le hizo la propuesta, quedó saciado del sentimiento de lo justo”, concluyó el defensor.